Mallorca, en los últimos años se está convirtiendo en un lugar donde, además de pasar las vacaciones estivales, residir y establecerse con la familia. Sin prisa, pero sin pausa la paradisíaca isla del Mediterráneo, la conocida como “la isla de la calma” ha sabido ofrecer una forma muy diferente de vivir la vida alejada de la vorágine de las grandes urbes. Una vida en contacto real con la naturaleza, el mar y el aire puro. Una vida plena sin renunciar a nada.

Este preciso enclave es, sin duda, fuente de inspiración para el equipo de arquitectos, diseñadores e interioristas de Terraza Balear, que tratan cada proyecto como si de una composición artística se tratara donde la suma de los tejidos, elementos y texturas, procuran una obra perfecta con fuerte personalidad y aire contemporáneo, y sobre todo con un mismo hilo conductor y coherencia en los elementos desde la entrada de la vivienda hasta la vista al mar o montaña, creando un concepto único y bello.

Una obra pictórica donde la luz del Mediterráneo actúa como gran modulador emocional y donde la Naturaleza juega un papel imprescindible. Precisamente, las tonalidades neutras, cálidas y los colores presentes en la naturaleza, los tonos llamados “madre tierra” son los que mayor protagonismo están cobrado en el diseño de interiores en estos últimos años, aportando calidez y huyendo de los esquemas de neutralidad que dominaban los últimos tiempos.